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lunes, 6 de julio de 2015

Para evitar Futuras Contingencias Empresas pueden proyectar la base imponible del IR

Ante el balance de medio año, las actuales normas sobre pagos a cuenta del impuesto a la renta (IR) de 2015 y para evitar futuras contingencias en su regularización, expertos sugirieron a las empresas efectuar el cálculo de un eventual monto de este tributo al 31 de julio, en función de los ingresos que proyecten obtener hasta esa fecha.
Con ello, determinarían a esa fecha una posible base imponible del IR para el presente año, el que incluso podría modificarse con la inclusión de gastos efectuados o planear la incorporación de otros, pero todos previstos en la norma tributaria y con el debido sustento, explicó Iván Mejía, gerente de Tax & Legal de KPMG en el Perú.

A su juicio, tal simulación para la determinación del IR es también recomendable, en atención a que no se aprecian muchas salidas para la suspensión de los pagos a cuenta de este impuesto anual, entendidos como anticipos mensuales de este tributo que se calculan aplicando un porcentaje o coeficiente sobre los ingresos netos de cada mes.

Se entiende por ingresos netos del mes el total de ingresos gravables de la tercera categoría devengados mensualmente, menos las devoluciones, bonificaciones, descuewntos y demás conceptos de naturaleza similar que respondan a la costumbre de la plaza e impuesto calculado al importe determinado de acuerdo con la tasa prevista en el artículo 55 de la Ley del IR.

La base de cálculo de los pagos a cuenta del IR de tercera categoría corresponde a los ingresos netos del mes, que a su vez deben responder a los ingresos gravados con dicho tributo. Es decir, obligaciones que de ser extemporáneas generarían intereses moratorios.

Mejía considera oportuno el adelanto de estos pagos al fisco, para evitar impactos mayores al final del año.

Aunque el experto manifestó que si una empresa espera cerrar con pérdidas, debería acceder a la posibilidad de por lo menos suspender los pagos a cuenta del IR pese a haber obtenido ganancias en otros años.

Contabilidad y fiscalización

A juicio de Luis Luján, socio de Tax & Legal de KPMG, en el Perú las empresas no solo deberían tener una contabilidad ordenada, sino también conocer lo que la Sunat requiere para una adecuada fiscalización. De ahí la importancia de conocer en forma adecuada la normativa aplicable, anotó. En este escenario será vital la acreditación del crédito fiscal y la correcta aplicación de las detracciones, sostuvo. Al respecto, Miguel Bobadilla, gerente de Tax & Legal de KPMG en el Perú indicó lo trascendental que será para las empresas conocer el momento de cumplir con las detracciones. Dicho pago podrá realizarse en la fecha del pago total o parcial de la obligación o hasta el quinto día hábil del mes siguiente.

Publicado: 05/07/2015
Fuente: Diario El Peruano.

El impuesto del que no te podrás escapar

Los peruanos hablamos mucho de cuán informal es la economía y cuán necesario—pero difícil—es hacer que todos los ciudadanos paguen sus impuestos. Al hablar de impuestos, la mayoría se suele referir al Impuesto General a la Ventas (IGV) o al impuesto a la renta.

Evadir o eludir ambos impuestos, a pesar de los cada vez más importantes esfuerzos de la SUNAT, es todavía posible para una gran mayoría de peruanos, de toda condición social. Y es muy importante hacer hincapié en este último aspecto pues, si bien cuando se habla de delitos tributarios se suele pensar en el pequeño comerciante informal, al escribir esta líneas todavía sigue prófugo de la justicia el ex vicepresidente de CONFIEP y presidente de CAPECO, quien ha sido condenado por el delito de defraudación tributaria. La CONFIEP y CAPECO, por supuesto, son gremios que agrupan empresas que de pequeñas no tienen nada.

¿Cómo es posible que, a pesar de tener una agencia de recaudación tributaria competente y relativamente moderna, siga siendo posible que tanto el empresario más pequeño como el más grande le saquen la vuelta al Estado y dejen de pagar los impuestos que les corresponde? No hay una respuesta sencilla ni única a esta pregunta pues confluyen una serie de factores. Sin embargo, probablemente el 80% de la respuesta sea que la fiscalización del pago de ambos impuestos es muy difícil y costosa en una economía atomizada (con un gran número de empresas) y con un bajo valor de transacción promedio. Por eso, reducir cada punto adicional de evasión le cuesta tanto a la SUNAT y por eso es que con frecuencia nos quejamos de que se concentre en fiscalizar a los mismos de siempre (las empresas formales y más grandes). Lo que hace la SUNAT es absolutamente racional pues concentra sus escasos recursos de fiscalización en los contribuyentes donde estima que podría obtener una mayor recaudación.

¿Y qué hay de los demás? Utilizando el IGV o el impuesto a la renta como los tributos principales de recaudación es muy poco lo que se puede hacer diferente. Sin embargo, existe un impuesto bastante progresivo (grava menos al pobre y más al rico) que se recauda con relativa facilidad y del que suele ser bastante difícil escaparse. Se trata del impuesto predial, el impuesto preferido por los economistas y odiado por los propietarios de predios.

Además de ser relativamente fácil de recaudar, pues las propiedades no se mueven y existe siempre el interés del propietario por tener regularizada la titularidad de su propiedad, según un estudio realizado por el OCDE (2008), el impuesto predial genera la menor cantidad de distoriones en la economía por cada dólar de ingresos que genera. La razón es bastante simple: cuando se sube el IGV, por ejemplo, se genera un desincentivo al consumo; cuando se sube el impuesto a la renta, se genera un desincentivo al trabajo. La reacción de los consumidores ante ambas alzas es comprar y trabajar menos, respectivamente. Cuando sube el impuesto predial, la única salida que podrían tener los contribuyentes sería vender sus propiedades. Por supuesto que una subida del impuesto predial podría desincentivar la venta de nuevas propiedades. Sin embargo, una vez que las propiedades están construidas y tienen dueño, no hay escapatoria.

A pesar de que el impuesto predial es mucho más progresivo que el IGV, pues este último grava más al pobre que al rico, no es muy popular. Sin embargo, para un país con altos niveles de informalidad sería un tributo cuya recaudación sería muy costo eficiente tanto en buenos tiempos como en malos y que, además, permitiría ampliar la base tributaria de manera significativa: un empresario puede manejar su negocio de la manera más informal posible pero lo más probable es que su casa esté adecuadamente registrada como suya ante las autoridades competentes. ¿Por qué no aprovechar esta oportunidad?

Fuente: Proexpansion.com/

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