¿Existe alguna alternativa tributaria que pueda sustituir a nuestro tristemente célebre Impuesto a la Renta, el cual necesita contabilidades y procesos complejos de determinación? Sí, un flat tax o impuesto plano, el mismo que no requeriría de tantas formalidades en torno a su liquidación y cumplimiento.
En los últimos años, el Estado ha estado viviendo de una recaudación tributaria que se ha mantenido con buenas cifras gracias a la etapa de bonanza por la que atravesaban básicamente dos industrias: la minera y la constructora. Sin embargo, ambos sectores han experimentado recientemente un "bajón" por la conflictividad y los problemas sociales adscritos a la actividad minera y la falta de grandes proyectos de infraestructura, respectivamente.
Lastimosamente, en ese contexto, las autoridades tributarias han escapado de la responsabilidad de insertar a aquellos que están fuera de la formalidad y se han limitado a dictar medidas que en su mayoría no constituyen mucho más que "maquillajes" y que no ayudan a superar los escollos que el escenario actual nos plantea.
A título personal, considero que el Estado debería dejar de concentrarse en dar exoneraciones o beneficios puntuales y de una vez apuntar a mirar el panorama general de la economía para construir un régimen tributario que no exonere sino que otorgue facilidades a efectos de que los impuestos sean rápidamente cumplidos, reduciendo para ello formalidades y el costo de su cumplimiento, lo que a su vez se reflejaría en una disminución de costos en la verificación de ese cumplimiento por parte del gobierno.
Es aquí donde me pregunto por qué no exploramos la idea de implementar un flat tax o impuesto plano. Éste es un impuesto sencillo que grava ya no la renta entendida como utilidad o ganancia, sino los ingresos que las personas naturales y jurídicas tienen, a los cuales se les hacen mínimas deducciones para que el contribuyente pague de forma mensual al Estado sin mayores formalidades y complejidades en torno a su liquidación y cumplimiento.
Los impuestos planos se han aplicado en otros países con mucho éxito debido a que son muy sencillos, a diferencia de nuestro tristemente célebre Impuesto a la Renta que necesita contabilidades y procesos complejos de determinación. De igual forma, un flat tax podría proveer a la Administración Tributaria de una recaudación mensual, ágil, sin necesidad de planeamiento tributario o exoneraciones y con tasas razonables a la par de permitir que las empresas que están reñidas con el tema formal desde su nacimiento no vean problemas en pasar a la formalidad con razonables obligaciones que cumplir.
Uno de los temores que el ser humano tiene es lo desconocido; al cambio. Sin embargo, no existe miedo invencible, por lo que creo que es momento de explorar alternativas que permitan simplificar el cumplimiento y recaudación de tributos, dejando de lado la aversión a mudar de paradigmas.
¿Cree usted que un flat tax ayudaría a hacer más simple el sistema tributario y de esta forma aumentar la recaudación?
Esta entrada contiene un artículo de:
Doctorado en Derecho Empresarial, Universidad de Sevilla. Abogado, Universidad de Lima. Especialista en tributación internacional, planeamientos tributarios y en tributación sectorial. Actualmente, Socio del Estudio Rosselló Abogados.
Profesor de la Maestría en Finanzas y Derecho Corporativo de ESAN.
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