Si te echas un vistazo a ti mismo y a tu vida, seguramente encuentras muchas cosas que te gustaría cambiar, desde esos hábitos que te perjudican hasta la forma en la que comportarte en determinadas situaciones o ante determinadas personas.
Sin embargo, te parece que has intentado cambiar un millón de veces y no lo has conseguido, lo que al final te lleva a pensar que eres un caso perdido y que cualquier esfuerzo que haces en ese sentido no merece la pena, y es este mismo pensamiento, ya que se manifieste de forma consciente o inconsciente, el que te lleva a dejar de intentar cambiar.
Cuando intentas cambiar algo de ti o de tu vida que no te gusta y no lo consigues, no es porque te falten cualidades para lograrlo, sino porque tienes que vencer la resistencia al cambio que todos sentimos ante una situación que para nosotros resulta desconocida y, por lo tanto, incierta.
La resistencia al cambio la sufrimos todos, porque el cambio siempre nos produce temor. Por muy mal que estemos en la situación actual, resulta familiar para nosotros, sabemos desenvolvernos en ella y no tenemos que hacer frente a la ansiedad de no saber si podremos capear una situación diferente. Esto es lo que se denomina zona de comodidad, que nos proporciona una gran tranquilidad psicológica, por lo que necesitamos una firme decisión de cambiar para salir de ella.
Nos tenemos que convencer de que realmente es eso lo que queremos, de que queremos dejar de sufrir, conseguir nuestras metas, dejar de sentirnos frustrados o culpables y vivir nuestra vida con todas las posibilidades que ésta nos ofrece.
Hacer esto no siempre es fácil, porque nuestro cerebro tiene muchos trucos para mantenernos en la zona de comodidad, como las racionalizaciones, las negaciones, etc. Es necesario ir desactivándolas una a una y superando todos los obstáculos para vencer la resistencia al cambio.
Fuente: http://psicoblog.com/vencer-la-resistencia-al-cambio/
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